No se conocen con exactitud las causas, pero es probable que tanto el
factor genético como el ambiental, desempeñen un papel fundamental en
esta enfermedad.
Se ha descubierto que existen ciertos genes que están relacionados
con el desarrollo del autismo. Además, estudios realizados a personas
con autismo demuestran que tienen irregularidades en varias regiones del
cerebro.
Prevalencia
Este trastorno lo pueden presentar individuos de cualquier raza y
cultura, y con diferentes niveles socioeconómicos. Sin embargo, la
incidencia en niños es cuatro veces mayor que en niñas.
A nivel mundial se estima que 5 de cada 10.000 personas presentan
autismo clásico. La prevalencia aumenta si se tiene en cuenta a los
niños que tienen síntomas más leves, aumentando entonces la cantidad a
21 de cada 10.000 personas.
Síntomas del autismo en los niños
Existen diversos síntomas que pueden ayudar a saber si un niño padece autismo:
Indicadores precoces:
No balbucea ninguna palabra al año de edad.
No señala ningún objeto hasta los 12 meses.
No responde a su nombre.
No pronuncia palabras hasta los 16 meses, o frases de dos o más palabras hasta aproximadamente los dos años.
No establece un contacto visual correcto.
Alinea de manera excesiva los juguetes u otros objetos.
No sonríe ni muestra receptividad social.
Indicadores tardíos:
No tiene interés en hacer amigos.
No es capaz de comenzar o mantener una conversación.
Tiene rutinas y cualquier intento de modificarlas le genera una gran angustia.
Muestra un apego excesivo a determinados objetos.
Diagnóstico del autismo en niños
El médico hará un cuestionario a los padres para reunir toda la
información posible sobre la conducta y el desarrollo del menor. Si
existen sospechas de que el niño pudiera padecer este trastorno se le
someterá a una evaluación integral, en la que participan un psicólogo,
un neurólogo, un psiquiatra, un terapeuta del lenguaje, y otros
especialistas capacitados para diagnosticar a los niños con autismo.
Lo mejor es un diagnóstico precoz, y ya se dispone de medios para detectar este trastorno antes de los 24 meses de edad.
Tratamiento del autismo en la infancia
Una intervención a tiempo, apropiada e intensiva, mejorará el
pronóstico de los menores con autismo. Actualmente, existen diferentes
programas educativos y de comportamiento para tratar al niño autista,
que incluyen actividades constructivas y ayudas visuales que resultan
útiles.
Terapia conductual:
consiste en el entrenamiento de comportamientos empleando la psicología
conductista; se estimulan las actuaciones deseables, y se limitan los
indeseables. Tanto los padres como los educadores deben ser adiestrados
previamente para poder realizar esta terapia con los niños.
Programa de educación especial: orientado a favorecer el desarrollo del lenguaje
comunicativo y la interacción con otras personas. Las escuelas a las
que acuda el menor deben tener material adecuado y personal cualificado
para ayudar al niño a desarrollar el lenguaje y facilitar su integración
social.
Farmacoterapia: en los casos en que el niño no responda a otro tipo de tratamiento, el médico le puede prescribir algún fármaco.
Pronóstico
La evolución de la enfermedad depende de cada persona; algunas
necesitarán asistencia cuando sean adultas, mientras que otras
conseguirán vivir de manera independiente.
El pronóstico será peor en los niños cuyo cociente intelectual sea
bajo, y en aquellos que no sean capaces de hablar de manera comprensible
antes de los 5 años.
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